Ayer se celebró la 49 edición de los Premios Grammy. Los premiados, los de siempre. Casualidad que todos los años se pongan de acuerdo para premiar a los mismos. ¿Cuántas veces han sido premiados Alejandro Sanz, Shakira y Maná en los Grammy Latinos?De hecho, estos últimos ni se diganron a aparecer por la gala a recoger su premio.Despierten señores, este tipo de premios no es más que un modo de hacer publicidad, de conseguir que el disco premiado lleve una pegatina en el plástico que le haga vender muchos más discos, y claro, frente a eso, así va la industria. No la de las grandes compañías discográficas, que se alimenta de música prefabricada en la mayoría de las ocasiones, sino la humilde y modesta industria que
se las ve putas, con perdón de la expresión, para conseguir tirar hacia adelante.
Recuerdo en una ocasión una edición de la revista Rolling Stone, en la portada una foto del grupo Estopa con una frase que rezaba "
700.000 personas no pueden equivocarse", en alusión a las superventas de su disco. En la edición siguiente de la revista, una carta al director comentaba que , por desgracia, en España hay más de 700.000 borregos.Y así es, vivimos en la sociedad del borreguismo. Borreguismo a grosso modo.
"Este cd es bueno porque tiene un premio Grammy","Esta película está nominada a 7 Oscar", "¿Qué bien, le han dado el Goya a Pe!"...Por favor, despertemos frente a la descarada cultura del merchandising. Quitémonos de una vez por todas la venda de los ojos, y frivolicemos un poco ante estas cosas, ya que es lo único que se puede hacer.
"Ay, pues que mona esa en la gala con ese vestido", "Pues mira se ha puesto tetas", "Qué culo más horroroso que le hace ese Valentino"...
A cada cosa el interés o respeto que se merezca. A esta ceremonia, poco o ninguno, salvo que nos deleitemos con los paseos por la alfombra roja, los estilismos, los vestidos y demás... que tal vez sea lo único aprovechable.